viernes, 3 de diciembre de 2010

A veces lo que quieres está tan cerca que cuesta verlo.

No sé cómo sucede. Pero sucede. Sucede que un día conoces a alguien y te quedas colgada, enganchada, prendada. Llámalo como quieras. Desconozco por completo el motivo por el que yo me quedé colgada derrepente por ti. Ahora visualizo el momento en el que nos conocimos y lo recuerdo como si fuera ayer, con detalle. Pero parece que sucedió en una vida pasada, hace un montón de años y un par más. Y no es verdad. Claro que no. Llevo bastante tiempo preguntándome cómo me puede pasar, cómo me puede pasar esto a mí. Quiero decir, que es como si ya estuviese predispuesta a sentir lo que siento. Como si en un pasado me hubieran preparado para conocerte, para quedarme enganchada. Como si mi cerebro y mi corazón se hubiesen puesto de acuerdo para desechar a todos los tíos hasta ese momento, hasta el momento en el que el aparece en escena y me engancha a su vida y a su todo completamente, casi sin ser consciente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario